viernes, 20 de agosto de 2021

VIVIR ENTRE DOS POLOS



Soy una mujer que desde hace prácticamente una década vive entre dos polos, y en ocasiones  entre más de dos, al mismo tiempo, sintiendo la misma adrenalina, desubicación, vértigo, ansiedad, miedo, alegría, manía... entre otras muchas emociones, que un adolescente en una montaña rusa. Sin embargo hay una gran diferencia, no es una opción a escoger, como por lo contrario si lo  es, el ir a un parque de atracciones. Desafortunadamente, tampoco es divertido o sueles tener bonitas memorias como es el caso cuando se hacen este tipo de planes con amigos, familiares, etc. Más bien se tienen grandes lagunas y sólo recuerdas algunas imágenes de lo sucedido sin coherencia, y a menudo dolorosas. 

Normalmente, cuando los polos pasan de dos a más hay que tomar medidas extremas para contener una posible catástrofe, usándose los medios y formas que sean necesarias y durante el tiempo que sea oportuno para poder retomar el ritmo, sin saber nunca si van a ser semanas, meses, años...totalmente como una lotería, igual de random. No olvidemos que los polos son dos, opuestos, y que las mezclas no son buenas, o más de dos se considerar multitud. Sin embargo, a veces  la lógica deja de funcionar y no hay stop para pulsar. Entonces las compuertas se desbordan y los polos se mezclan, apareciendo el caos que sólo se puede ordenar a marchas forzadas y sin saber nunca si se ha llegado a tiempo o las secuelas que quedan. 

Mi nombre es Rocío, bueno, en Inglaterra donde resido María. Tengo treinta y nueve años, y en el 2012 después de una crisis maniaca severa y estar un mes ingresada, me diagnosticaron Trastorno de Bipolaridad tipo II. No puedo hablar mucho de este momento, ya que hoy nueve años después sigo teniendo muchas lagunas y lo que sé, es por familiares y amigos. Después de todo este tiempo, dónde no ha sido ni será camino de rosas, he aprendido y sigo aprendiendo a vivir día a día con ello, de la forma más independiente posible, intentado que no me encasillen o me invaliden,  pero siendo cada día mas consciente de que mis límites son mucho más finos, fáciles de sobrepasar y con peores secuelas que antes de ser diagnosticada con una enfermedad mental. Sin embargo, gracias a vivir fuera de adicciones durante toda mi vida y midiendo todos mis hábitos "al dedillo". Fue cuando descubrí un libro que es duro de leer pero que te ayuda mucho a aceptar diferentes realidades de la enfermedad como la condición, la importancia de hábitos, tipo de comida y sustancias que te ayudan o no, tener una medicación adecuada, y una serie de tips para self-awareness, cuando he sido más consciente de la aceptación.

En estos casi diez años he estado ingresada tres veces. La primera en España cuando fui diagnosticada con un mes de duración. Las otras dos en Inglaterra, con un periodo de internamiento no  mayor de quince días en cada ocasión. La verdad, me siento orgullosa de ello, ya que el índice en episodios no es demasiado alto y también, me siento agradecida de la gente que tengo alrededor mía, en España y en Inglaterra.

Gente de verdad, que me arropa y demuestra que en los malos momentos es cuando hay que estar. Me demuestran día a día que no hay barreras, distancia, pandemia que se ponga por delante a la hora de la verdad, independientemente del contacto que se mantenga en el día a día. Gente a la que nunca podré devolver el favor, ya que es doloroso y sufrido también para ellos. Mi madre, y mis mejores amigos (aquí y allí) sufren igual que yo, ya que la enfermedad mental es algo que no se ve, y por desgracia como otras muchas enfermedades no visibles, una gran desconocida, que nunca se sabe como va a actuar. Una enfermedad que no se ve pero si se sufre, y que puede ser mortal. Es un continuo estado de alarma y preocupación que no está pagado. Gracias, de verdad, os quiero muchísimo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

MOTIVACION

.. .... ..... ...... Motivación. Mi psicóloga dice que tengo que tener motivación y para ello una planificación es fundamental. ¿Cómo puedo ...